El delantero del Athletic Club de Bilbao Asier Villalibre aprovechó la celebración del título de Copa del Rey obtenido por el conjunto vasco para reivindicar el uso del euskera, idioma que considera «uno de los valores más importantes de nuestra vida».
Fue en el momento en que los jugadores comparecían uno a uno en el balcón del Ayuntamiento de Bilbao para recibir el apoyo de los fans cuando Villalibre lanzó su soflama a favor del uso de un idioma, el euskera, que todavía desconocen buena parte de los habitantes de Bilbao y del conjunto de Euskadi y también compañeros de equipo suyos como Nico Williams, estrella del Athletic que reconoció sin tapujos que no tenía ni idea de hablar la lengua propia de los vascos.
Quizás por esa situación, Villalibre, que apareció en el balcón municipal sin su famosa trompeta, quiso reivindicar la belleza del idioma vasco y la importancia de que los jóvenes hagan el esfuerzo de hablarlo para que se mantenga vivo y no se extinga. «Quiero recordaros a los jóvenes que tenemos una lengua que es el euskera que es algo nuestro que no une a todos», expuso.
El delantero vizcaíno les dijo a los hinchas del Athletic que él y sus compañeros sienten algo especial cuando escuchan los cánticos en euskera de los aficionados y también cuando lo escuchan hablar en las calles. «No sabéis el gusto que da escucharos animando en euskera en el estadio», manifestó Villalibre al desvelar la pasión que siente por el euskera como un elemento de identidad de todos los vascos.
Baño de masas a bordo de la añorada gabarra
El Athletic Club se dio todo un baño de masas y no era para menos, pues llevaba cuarenta años sin llevar a sus vitrinas un título de entidad como lo es el de la Copa del Rey. A bordo de la mítica gabarra y escoltados por otras embarcaciones, los jugadores y demás miembros de la gran familia del Athletic Club recorrieron la ría de Bilbao arropados por una enorme multitud de gente que atestaba ambas márgenes.
Ya en tierra, los miembros de la expedición se dirigieron al Ayuntamiento de Bilbao, donde fueron recibidos por un eufórico alcalde y donde vivieron un momento inolvidable al salir al balcón para encontrarse de nuevo con sus aficionados. Iker Muniain, como no podía ser de otra manera, ejerció de anfitrión y fue presentando uno a uno a todos sus compañeros, que dedicaron unas palabras a los hinchas y se animaron e entonar algunos de los cánticos que se escuchan en San Mamés en los días de partido.