Condenado el exfutbolista del Celta Hugo Mallo como culpable de abuso sexual a la mascota del Espanyol

Hugo Mallo mascota

El Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona ha condenado al exfutbolista del Celta Hugo Mallo tras hallarlo culpable de haber cometido un delito de abuso sexual a una mujer que estaba disfrazada de la mascota del Espanyol. Mallo deberá pagar 1.000 euros en concepto de indemnización a la víctima por el daño moral, así como una multa de 10 euros diarios durante 20 meses (6.000 euros) y los costes procesales.

«El acusado, con la intención de satisfacer su ánimo libidinoso y de menoscabar la identidad sexual de la víctima, le metió las manos por debajo del disfraz y le tocó los pechos», recoge en el apartado de hechos probados una sentencia que precisa que Hugo Mallo no es «un futbolista mediático», circunstancia esta que le lleva a desestimar que la mujer que ejercía como mascota del Espanyol lo hubiera denunciado en busca de fama.

Los hechos que motivaron la sentencia, según el testimonio de la supuesta víctima y lo que el juzgado considera ahora probado, ocurrieron sobre el césped y durante el clásico momento protocolario en el que los jugadores de ambos equipos contendientes se saludan entre sí y con los árbitros y demás actores del partido. El que fue capitán del Celtaal llegar al lugar donde estaba la mascota del Espanyol, en vez de darle la mano se la introdujo dentro del disfraz y le tocó los pechos.

“Llevaba como mascota del Espanyol desde 2016. Normalmente, yo me ponía la última de la fila. Recibimos toda la fila de jugadores y normalmente me dan un choque de manos. Las manos de Hugo Mallo fueron a mis pechos y realizó unos tocamientos. Me quedé aturdida y sorprendida. Mi campo de visión con el traje es muy reducido. Sus manos entran para tocarme los pechos por debajo de la cabeza del disfraz. Inicialmente, no conocía al jugador y no supe quién era hasta que vi los vídeos, porque el disfraz me impidió verlo. La primera persona que pasó fue él, que fue el que me hizo ese tocamiento. Justo en el momento en el que lo note me quedé aturdida. Nos metimos en el túnel de vestuarios y me abracé a mi compañero y se lo conté. Seguí trabajando por profesionalismo, pero con mucho estupor. Soy una persona tranquila y ese día tenía mucha ira. Cuando miré al segundo jugador noté su mirada y tenía la intención de hacer lo mismo. Yo no escuché nada, con el disfraz estamos limitados”, había asegurado la mujer que ejercía como mascota del Espanyol en su declaración contra Hugo Mallo.

Muy diferente fue el testimonio de Hugo Mallo, que había asegurado que en ningún momento había abusado de la mascota, una declaración que sustentó entre otras cuestiones en que su equipo se jugaba mucho ese día y él «no estaba para esas cosas» y en que ni siquiera sabía que la persona bajo el disfraz de periquito era una mujer.

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