La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha mantenido una polémica reunión con la embajadora de Arabia Saudí en España, la princesa Haifa bint Abdulaziz Al Mogrin, con el objetivo de fortalecer las relaciones comerciales, económicas y turísticas entre la región y un país que está siempre en el ojo de las críticas por la vulneración de los Derechos Humanos por parte de la monarquía feudal que lo rige con mano de hierro.
Personalidades españolas de la relevancia del tenista Rafael Nadal han recibido numerosas críticas por sus negocios y tratos con Arabia Saudí, pero Ayuso ha considerado que esos reproches son un pequeño precio a pagar por lo mucho que puede aportar ese país a la economía de Madrid.
«Arabia Saudí representa una oportunidad de negocio para las empresas madrileñas, del mismo modo que la región supone un foco de atracción de inversión y turismo para compañías y ciudadanos de Arabia Saudí», explica en un comunicado el Ejecutivo madrileño que preside Ayuso.
El dinero del petróleo hace que cada vez sean más los sauditas que viajan y que, en general, realicen un gasto elevado en los países que visitan. Se trata de un aporte económico nada desdeñable que Ayuso quiere intensificar en una Comunidad de Madrid que, en los últimos años, ha experimentado un notable crecimiento en cuanto a número de turistas y pernoctaciones con la capital como punta de lanza.
Quienes se oponen a que las administraciones y las personalidades públicas de España hagan negocios y alcancen acuerdos de colaboración con Arabia Saudí, al igual que con otros países árabes como Qatar, recalcan cuestiones como la discriminación de la mujer o la nula libertad de expresión que imperan en esos territorios, con monarquías absolutas y con una legislación basada en la religión islámica.