El fin de las restricciones que trajo consigo la pandemia, el creciente interés por practicar turismo en espacios naturales alejados de las grandes aglomeraciones de gente y el buen tiempo en todo el país han propiciado que los campings españoles se encuentren inmersos en un verano de récord, al alcanzar unas cifras de ocupación nunca antes vistas en los meses de julio y agosto. La única pega a este hecho indiscutible es que los clientes que llegan a los establecimientos gastan menos que antes, lo que hace que se resientan servicios de pago como los restaurantes, los spas y determinadas actividades deportivas.
Muchos campings estaban ya completos desde principios del verano y encontrar bungallows disponibles en julio y agosto fue, prácticamente, una tarea imposible. La previsión para septiembre es muy positiva, pues la Federación Española de Campings cree que se podrán superar incluso las cifras previas a la pandemia en ese mes.
En cuanto a la reducción del gasto, los empresarios del camping calculan que sus clientes han pasado de un gasto medio por familia de 110 euros diarios a otro de entre 65 y 70 euros, lo que representa una caída del 40%.
«Los clientes gastan menos en restaurantes, ocio o actividades deportivas. Intentan evitar lo prescindible para poder permanecer el mayor tiempo posible en el establecimiento», explica la presidenta de la Federación Española de Campings, Ana Beriain.
Previsiones
Los campings esperan finalizar el período estival con cifras récord, La previsión para el trimestre que conforman julio, agosto y septiembre, es de un 90% de ocupación media a nivel nacional, con 5 millones de viajeros y 23 millones de pernoctaciones. Los buenos datos, siempre según la información facilitada por la Federación Española de Campings, se sustentan en el turista nacional, que ya despuntó de manera notable durante la pandemia. A ello, no obstante, hay que sumar una cierta recuperación de los visitantes extranjeros, más proclives a venir a los campings españoles ahora que se ven libres de restricciones.
«La ocupación durante los meses de julio y agosto y las previsiones para septiembre son extraordinarias. La estancia media de nuestro cliente sigue siendo la misma, entre 8 y 12 días, pero sí hemos notado que, debido a la actual inflación y a la incertidumbre económica de cara a los próximos meses, los clientes gastan menos en restaurantes, ocio o actividades deportivas. Intentan evitar lo prescindible para poder permanecer el mayor tiempo posible en el establecimiento», explica la presidenta de la Federación Española de Campings, Ana Beriain.