Ana Trevisani como presidenta de OPC Galicia, entidad que representa a los organizadores de congresos gallegos, no podía faltar a la gran gala de la Noche de Embajadores del MICE que se celebró esta semana en A Coruña. Convencida de que 2023 será un gran año para el sector pese a una crisis económica que causó muchos problemas en el anterior ejercicio, Trevisani cuenta a El Sereno Indiscreto lo mucho que las ciudades gallegas pueden ofrecer a todo profesional o empresa que las elija como sede de su evento corporativo o ferial. Como es habitual cada vez que expresa su opinión, esta empresaria del MICE recalca que eventos como Galicia Fórum Gastronómico, cuya organización asumió, aportan a un destino mucho más que las cifras económicas o de asistencia.
-¿Qué supone para usted estar de nuevo en la Noche de Embajadores de A Coruña?
-Me parece algo fantástico. Que haya eventos de este tipo significa que estamos haciendo las cosas bien y que el sector trabaja cada vez más unido, tanto con las propias empresas como con las administraciones, que se han dado cuenta de que el MICE es un potencial enorme para un destino, un potencial económico, de recursos, de prestigio… Yo siempre digo que el MICE es amable, un punto de encuentro mucho más allá de los intereses políticos o de los intereses a corto plazo, porque posiciona un destino de una manera elegante, destacada, solvente y sostenible. Que los representantes del sector nos reunamos, ya sea en esta ciudad de A Coruña que lo está haciendo francamente bien y está dando el do de pecho para enseñarse o en otra, siempre es bueno. Es un trabajo de pico y pala, porque un destino nunca puede dejar de enseñarse.
«El MICE es un potencial enorme para un destino, porque lo posiciona de una manera elegante, destacada, solvente y sostenible»
-¿Qué importancia tiene para una ciudad contar con un ente como A Coruña Convention Bureau?
-Es algo muy importante, porque tiene la responsabilidad de hacer la promoción del destino. El Convention Bureau ordena el sector y lo coordina. Es como un paraguas que une a todo el sector. En A Coruña, por ejemplo, están los organizadores de congresos, los hoteles, los espacios para los eventos… Aunque muchos de ellos sean competencia entre sí, la promoción del destino deben hacerla juntos. Es más, cuando un destino ofrece una imagen unificada, se refuerza. El comprador tiene que ver que cuenta con toda la cadena. Cuando se detecta esa coordinación, el destino gana. Ese es el gran trabajo que está haciendo el Convention Bureau capitaneado por José Blanco, que me parece extraordinario.
-Los congresos aportan a una ciudad mucho más que los ingresos directos por cada evento.
-Hay que tener en cuenta que el público que movemos en el MICE es un público que tiene un cierto poder adquisitivo, digamos que medio o medio-alto, y, en general, tiene inquietudes por la cultura, por el turismo, por la gastronomía… Por todo esto, si una persona va a un congreso y el destino le da experiencias y le transmite emociones, luego se querrá traer a su pandilla o a su familia. La historia está llena de casos de congresistas que van a un destino y que luego vuelven porque, además de haberles brindado una buena experiencia profesional, les ha llegado al corazón.
«Cada ciudad tiene sus propios recursos, A lo mejor en Lugo no cabe un congreso de 1.500 personas que sí cabe en el eje A Coruña-Santiago-Vigo»
-¿Le afectan al sector MICE en Galicia las luchas localistas entre las distintas ciudades?
-Galicia está, hoy por hoy, perfectamente preparada y es solvente para traer cualquier tipo de evento y lo ha demostrado, tanto con congresos de 50 personas como de 50.000. Cada ciudad tiene su propia personalidad y sus propios recursos. A lo mejor, en Lugo no cabe un congreso de 1.500 personas que sí cabe en el eje A Coruña-Santiago-Vigo. Tenemos que ser conscientes de eso. Para promocionar Galicia en su conjunto, nació la marca Galicia MICE. Lo importante es que los organizadores tengan claro que en Galicia tienen soluciones y, a partir de ahí, según el evento que traigan, elegirán una ciudad u otra. En Galicia, por ejemplo, se están haciendo cosas maravillosas a nivel de incentivos, con grupos muy pequeños de 50 personas que alucinan con la Ribeira Sacra o con la Costa da Morte y que, a lo mejor, no pasan por las grandes ciudades.
-Es que un evento puede ser muy interesante aunque cuente con un número reducido de participantes.
-En el sector MICE, quien traduzca un evento sólo a números se equivoca. El sector tiene que buscar cada vez más la cualificación. Claro que los números son importantes, pero lo es tanto o más buscar la cualificación de la empresa y su importancia en la sociedad. Hay que ver lo que trae a un destino. La cifra de participantes no puede ser el único baremo.
«Claro que los números importan, pero hay que ver también la cualificación, lo que el congreso trae al destino»
-Imagino que, como organizadora, estará usted satisfecha con el éxito de Galicia Fórum Gastronómico.
-Estoy muy contenta. Fue un reto muy grande y hay muchas personas detrás de ese éxito. Hay toda una cadena de instituciones, de empresas y de muchísimos proveedores. Si algo es bonito de Galicia Fórum Gastronómico es que se trata de un proyecto colectivo.
-¿Sufren también las empresas organizadoras de congresos y eventos la crisis económica actual?
-Lo pasamos mal el año pasado, porque nuestros clientes no tenían más recursos pero todas las empresas de la cadena de proveedores subieron el precio de los servicios. Subió el combustible, la materia prima… Toda nuestra cadena de producción se vio afectada. El año pasado fue un año muy bueno de trabajo, pero, pese a ello, mentiría quien diga que no le quedó un margen menor.
Es necesario que todos los gallegos hagamos lo que esté a nuestro alcance para que mejoren nuestra vida cotidiana y nuestro entorno