El Barça planea denunciar al Athletic ante la Comisión Antiviolencia

Ya sea como parte de una estrategia para desviar la atención del caso Negreira o como una simple maniobra de victimismo de esas a las que los culés nos tienen tan acostumbrados en los últimos tiempos, el Barça tiene la intención de denunciar al Athletic de Bilbao ante la Comisión Antiviolencia y de hacerlo, paradójicamente, por los cánticos y actos de protesta de una afición, la que se citó en San Mamés para presenciar el partido entre el club vasco y el catalán, que, precisamente, reprobaba la corrupción en el fútbol y el modo en que, según apuntan todos los indicios, el FC Barcelona manipuló la competición.

Parece que a los directivos del Barça, los mismos que defienden lo indefendible y que niegan la evidencia de un escándalo arbitral perpetrado a lo largo de varios años, no les ha sentado nada bien que los aficionados del Athletic lanzaran billetes simulados desde los graderíos de San Mamés y entonaran proclamas como «a segunda».

Además de mostrarse muy molesto por las acciones de protesta del público por el caso Negreira, el Barça denuncia insultos directos hacia sus jugadores, especialmente hacia el joven centrocampista Gavi a quien, siempre según apuntan fuentes del club blaugrana, los aficionados del Athletic le dedicaron insultos como «subnormal» en repetidas ocasiones.

De cumplir con sus planes de denunciar al Athletic ante a la Comisión Antiviolencia, el Barça estaría pidiendo para el Athletic un castigo que él mismo no recibió en su momento por hechos mucho más graves. Cabe recordar, por ejemplo, el recibimiento que la afición culé le tributó a Figo cuando visitó el Camp Nou por primera vez con la camiseta del Real Madrid. No parece lógico que el castigo por lanzar billetes de papel o gritar «a segunda, a segunda» sea mayor que el recibido por amenazar a alguien de muerte o por arrojar objetos contundentes como una botella de whisky de cristal.

Tampoco parece que esa estrategia del Barça sea la adecuada para templar los ánimos. Si algo dejan claro los comentarios de los aficionados del Athletic de Bilbao y de otros equipos acerca de la intención del Barça de acudir a Antiviolencia es que la animadversión hacia el club blaugrana, en particular, y hacia los catalanes, en general, es cada vez mayor y que los recibimientos hostiles continuarán allá por donde pisen los jugadores que vistan esa camiseta presuntamente manchada por la corrupción y las trampas.

Unidad frente a los tramposos

El anuncio de que el Real Madrid se personará como parte perjudicada en el proceso judicial en el que derivará la denuncia de Fiscalía al Barça y el de que el propio Gobierno de España hará lo propio a través del Consejo Superior de Deportes han dejado al club catalán totalmente acorralado, toda vez que los demás clubes de La Liga ya habían anunciado su deseo de que se esclarezca lo ocurrido y de que, de ser los hechos tan graves como parecen, se castigue a la entidad blaugrana, como persona jurídica, y a todos los implicados en el escándalo.