Lo mínimo que se le puede exigir a una alcaldesa es que conozca el nombre de la persona a la que invita el Ayuntamiento para pronunciar el pregón de las fiestas y, teniendo en cuenta la entidad de Lionel Scaloni y el cariño que le tributan los aficionados del Deportivo y todos los coruñeses, el error cometido por Inés Rey es, si cabe, mucho más grave. La regidora, que parecía estar más preocupada de tener su cuota de protagonismo con bailes y palmitas al ritmo de los cánticos de las personas que se congregaron en la plaza de María Pita que de no equivocarse con las escasas palabras que le tocaba pronunciar, dio la bienvenida a «Lio Messi» y lo hizo, además, por dos veces, rectificando sólo en la segunda de ellas.
«¡Buenas tardes A Coruña! ¡Buenas tardes coruñeses y coruñesas! ¡Buenas tardes Argentina! ¡Bienvenido Lionel Messi!», vociferó la alcaldesa en la presentación del pregonero y antes, por tanto, de que Lionel Scaloni pudiera pronunciar una sola palabra. El mito del deportivismo y actual seleccionador argentino, que tiene por cierto a su cargo en la albiceleste a aquel cuyo nombre pronunció Inés Rey en lugar del suyo, aguantó el mal trago estoicamente, sin mostrar cara de estupefacción y sin reírse ante el ridículo que acababa de hacer la regidora.
No contenta con esa primera y monumental metedura de pata, la alcaldesa de A Coruña persistió en su error en una segunda alocución, aunque esta vez, seguramente porque alguien le dio un toque sólo por ella perceptible, rectificó. «Hoy comienzan las fiestas de agosto con este pregón multitudinario con el que A Coruña recibe a uno de sus ídolos, a un coruñés más, a un coruñés de Argentina como es Lionel Messi… ¡Lionel Scaloni!», manifestó Inés Rey, que al menos supo asumir el ridículo que había hecho y reírse de sí misma después de que el pregonero, muy educado y con sentido del humor, le espetara, quizás con cierta ironía: «Bueno, mejor. Igual mejor».
«Son los nervios», se justificó Inés Rey haciendo que muchos ciudadanos se preguntaran cómo es posible que una persona que tiene en sus manos la administración y la gestión de una ciudad como A Coruña se ponga nerviosa al hacer algo tan simple como presentar a un pregonero en el balcón del palacio municipal.
Para hacer justicia, hay que decir que la alcaldesa sí dijo bien los nombres de tres exdeportivistas fallecidos este año: Arsenio Iglesias, Luis Suárez y Amancio Amaro. Visto lo visto, no habría sorprendido que les llamara, por ejemplo, Javier Irureta, Joaquín Peiró y Francisco Gento y es que, de cuatro nombres, decir uno mal y que, además, el error sea con el de la persona que la acompañaba en ese momento no puede tener otra calificación que un rotundo suspenso.
Corazón deportivista
Scaloni, al contrario que la alcaldesa, sí estuvo a la altura y pronunció un discurso lleno de cariño hacia A Coruña y hacia los aficionados del Deportivo. El argentino recordó lo feliz que había sido en la ciudad y destacó lo mucho que la urbe ha cambiado desde los tiempos en los que él jugaba, «Las cosas iban bien, éramos jóvenes y disfrutábamos saliendo y ustedes hagan lo mismo porque esta es una ciudad increíble», manifestó.
Como ya había hecho en anteriores ocasiones y para regocijo de un público totalmente entregado, Scaloni dejó la puerta abierta a la posibilidad de vincularse de nuevo al Deportivo. «Espero algún día devolver toda la alegría que me dieron ustedes volviendo acá», dijo provocando que sonaran gritos de «¡entrenador!, ¡entrenador!».
El técnico que llevó a Argentina a la consecución del pasado Campeonato del Mundo y el que fuera uno de los integrantes del Deportivo campeón de Liga, animó a los coruñeses a que no abandonen a su equipo y a que lo animen sin descanso para que la mala situación por la que atraviesa termine lo más pronto posible. «Necesitamos esto, este ambiente, esta alegría, este acompañamiento. Si hay esta atmósfera es difícil que te vaya mal. No importa en que categoría se esté, nosotros hinchamos por el escudo y por la ciudad», exhortó Scaloni.