El hostelero David Barro lleva poco más de un año al frente del restaurante coruñés Puerto Carmela y ya ha tenido que lidiar con la mayoría de los problemas que afectan al sector. Personas que reservan una mesa y luego no aparecen, gente que llega tarde y la dificultad para encontrar empleados cualificados son tres de los grandes males que, en mayor o menor medida, padecen los establecimientos de hostelería en España. Como receta para mantener su negocio a flote, este joven emprendedor propone la combinación de unos productos de la máxima calidad y un trato amable con quienes llegan al local. «Es habitual que los clientes nos den las gracias al marcharse», explica.
-¿Qué tal ha ido el verano para Puerto Carmela?
-Para este local, los veranos no suelen ser ni muy buenos ni muy malos, porque está en una zona de la que quienes viven o trabajan en ella suelen marcharse cuando tienen las vacaciones. Es cierto que también llegan otras personas, pero ya no son de esa gente habitual que viene varias veces al mes o incluso todas las semanas. También hay que tener en cuenta que turistas como los que llegan en los cruceros suelen estar por otras zonas de la ciudad. El verano no es la época más fuerte de Puerto Carmela. Una de las cosas que más nos fastidió este verano es el no poder tener tantos comensales en la terraza como el año pasado. Eso pasó por la peatonalización de la calle, que quedó muy bonita pero con más limitaciones para las terrazas.
-¿Estás satisfecho con la peatonalización pese a esa limitación en la terraza?
-Sí. Creo que una calle peatonal es mucho mejor, porque tiene más vida. Cuando estás trabajando en la terraza ves a la gente paseando y esa gente también te ve a ti. Eso siempre es de agradecer.
-Hablabas antes de unos clientes habituales que se van de vacaciones en verano y de otros nuevos que llegan en esa época. ¿Les gustó Puerto Carmela a los que fueron por primera vez?
-La verdad es que tuvimos bastante gente de fuera de la ciudad. Vinieron madrileños, andaluces, extremeños… Creo que quedaron todos muy contentos porque el producto que damos es de buena calidad y tenemos una gran variedad de platos.
«Es habitual que los clientes, al marcharse, nos den las gracias por la calidad de la comida y por el trato»
-¿Qué platos piden más los clientes que llegan de fuera de Galicia?
-Zamburiñas, parrochas, calamares… También el marmitaco de bonito, que es un plato que hemos incorporado hace poco, tiene mucho éxito. Todos los platos tienen salida.
-¿Te transmiten los clientes nuevos opiniones positivas?
-Pues lo cierto es que, en general, suelen salir bastante satisfechos y es habitual que, al marcharse, nos den las gracias por la calidad de la comida y por el trato.
-Hay restaurantes que tienen problemas con las reservas porque los clientes llegan tarde o incluso porque no se presentan. ¿Es la gente muy informal?
-No es algo que en Puerto Carmela pase frecuentemente, pero sí que pasa. Hay gente que no vino después de reservar y que ni siquiera cogía el teléfono, pero el problema más habitual es que la gente llegue tarde. Me fastidia mucho porque yo llevo una gestión de las reservas que se descontrola si los de una o varias mesas me llegan tarde. Cuando me pasa, hablo educadamente con los clientes y, si es el caso, les digo que tienen que esperar por ese motivo. Cuando va a tardar la comida porque hay mucho trabajo y cuando llegan sin reserva y va a tardar en quedar una mesa libre, también lo aviso. Es algo que los clientes agradecen. El otro día, por ejemplo, dos que llegaron sin reserva, después de que les dijera que tardaría entre media hora y tres cuartos en poder darles de comer porque estaba todo lleno y había mucho trabajo, decidieron ir a dar una vuelta y regresar después. Quedaron muy agradecidos de que los avisara.
«Hay gente que no vino después de haber reservado y que ni siquiera me cogía el teléfono»
-¿Seguís teniendo problemas los hosteleros para encontrar personal cualificado?
-Pues sí. Es algo que sigue muy mal. Cuesta encontrar buenos empleados porque la gente o no quiere o no le pone ganas. Uno de los motivos puede ser que el sueldo, en algunos casos, no sea acorde con las horas que se trabajan. Hay un convenio, pero muchos se lo saltan y ese es un problema que sigue existiendo pese a que después de la pandemia se estabilizó un poco. Sigue habiendo mucho pirata.
Si no encuentras camarero yo me voy gran profesional trato agradable don de gentes