Un hombre deberá pagar una multa de 150 euros por, según consta en el parte policial, «sonarse los mocos con la mano, lanzando los fluidos nasales contra el suelo». Los hechos ocurrieron en la ciudad de Burgos, concretamente en la calle Briviesca, y fueron agentes municipales, según la información publicada al respecto en el Diario de Burgos, quienes sorprendieron al individuo en cuestión arrojando los mocos al suelo y procedieron a sancionarlo.
La normativa municipal del Ayuntamiento de Burgos faculta para sancionar casi cualquier abandono o lanzamiento de desperdicios a la vía pública, si bien la mayoría de las multas que finalmente se imponen, como ocurre en casi todas las ciudades, se concentran en infracciones como la de orinar en vía pública, la de hacer una pintada y la de no recoger los excrementos de los perros.
Aunque casi todos los ciudadanos coincidirán en que arrojar los mocos a la calle es, cuanto menos, un comportamiento poco cívico y nada higiénico, serán muchos los que, aunque sea de forma inconsciente, hayan protagonizado en alguna ocasión un hecho parecido. De ahí que haya vecinos que consideren que la sanción impuesta es, quizás, un tanto desproporcionada.
Lejos de ser una castigo demasiado duro, la multa impuesta por tirar los mocos a la calle no llega a ser ni la mitad de la máxima estipulada para este tipo de supuestos, recogidos en la ordenanza del Ayuntamiento de Burgos que establece la prohibición de arrojar o verter residuos ensuciando las vías o espacios públicos. Esa normativa contempla la posibilidad de sancionar con multas de hasta 600 euros.