El año 2022 estuvo cargado de películas buenas, regulares, malas y nefastas y ha llegado el momento de recordar alguna de ellas. Será tal vez la nueva versión de Dune, que muchos han comparado con un anuncio de perfumes largo, o quizás el terror de la mano de Alex de la Iglesia en un slasher como Veneciafrenia e incluso el remake oscarizado de la familia Belier llamado CODA, siglas para definir al hijo de dos padres sordomudos que no lo es.
También tuvimos en 2022 ración de películas de superhéroes, con el Doctor Strange viajando por los multiversos o con el científico luchando contra sus propios monstruos en Morbius. En 2022 se retomaron franquicias: unas para poner punto y final, como Halloween Ends, y otras que suponen un punto y seguido, como Scream 5. La introspección y la claustrofobia de Spencer o la lucha por sobrevivir a su propio personaje de Marylin en Blonde y el eterno retorno de Macbeth y su ambición en glorioso blanco y negro son otras de las obras que merecen mención de cuantas nos dejó 2022.
Todas estas y muchas más películas merecerían estar entre las cinco de 2022, sin embargo, tengo que escoger y lo hago, como siempre, pensando de una manera emocional.
Así que iniciemos este recorrido por los cuadros cinematográficos de las películas estrenadas en 2022, capturando una imagen de cada uno:
Belfast (Kenneth Branagh)
Si tuviera que quedarme con un instante de esta película, ese sería el momento en el que, en medio de la oscuridad y del silencio de la noche, patrulla, antorcha en mano, un vigilante que vela por el sueño de los vecinos, tratando de evitar otro disturbio violento. Cada paso, cada movimiento, cada mirada que surge de ese rostro va acompañada del tema central de la película Solo ante el peligro cantado por Tex Ritter. Una forma de subrayar la soledad llena de orgullo de ese vigilante, que es la materia con la que se forjan los héroes.
Si tuviéramos que resumir en una sola frase esta película sería: La vida en la convulsa Irlanda de los 70 a través de los ojos de un niño.
Violent night (Tommy Wirkola)
Una estampa navideña, el árbol cargado de regalos, una familia disfrutando de las fiestas, una niña ilusionada ante la llegada de Papá Noel y, en medio de tanta alegría, un variopinto grupito de delincuentes con un objetivo en mente y armamento para llevarlo a cabo. En medio de todo, nuestro repartidor de regalos, aprovechando un sillón vibrador para relajarse un rato antes de continuar su fatigosa y vertiginosa tarea.
Santa Claus llega cargado de presentes para quienes han sido buenos y de carbón para los malos, aunque estos a los que se enfrenta son malos de verdad y, por tanto, merecen un tratamiento especial, todo por evitar que arruinen la Navidad.
Empiezo a pensar que, fuera de temporada, este orondo símbolo navideño se sienta en su casa del Polo con unas palomitas en una mano y con una cerveza en la otra para ver la saga Jungla de cristal.
Una vez más, el espíritu navideño se abre paso, eso sí, a mamporro y tiro limpio.
Una frase: No es bueno cabrear a Papá Noel en Navidad, hasta Krampus lo sabe.
As bestas (Rodrigo Sorogoyen)
La taberna como nexo de conexión y canal de comunicación, un bodegón humano, remojado con el agrio sabor de la derrota y con los ojos cargados de odios y reproches. Al fondo, apoyado en la barra, el Francés, objeto de todas las burlas e indirectas derramadas por su vecino, mientras el tabernero vigila con ojo de águila a los parroquianos y esboza una media sonrisa. Se ha dicho que estamos ante un western moderno y, como todos sabemos, la taberna o salón siempre ha sido lugar de encuentros y desencuentros. Un paisaje idílico y de gran belleza oscurecido por miradas atravesadas, bromas de mal gusto, ataques personales y sabotajes vecinales.
Una frase: Nunca subestimes el poder de la codicia.
Bullet train (David Leitch)
Una calle de Japón en plena noche, alguien recibiendo instrucciones telefónicas de una voz firme y autoritaria, una ciudad de luz y colorido bajo los acordes de Staying Alive, pero en una versión en japonés. Un tren bala cargado con una letal carga. Sicarios, asesinos, agentes… todos ellos detrás de un maletín que, como si de un vodevil se tratase, va cambiando de manos. En medio de todo, una joven de aspecto angelical, aunque con mas peligro que Eduardo Manos Tijeras jugando con sus manos a palmitas palmitas. Por si esto no bastase, también tenemos luchas con katanas entre dos grandes maestros dispuestos a hacerse rodajas mutuamente.
Una frase: Viaje en nuestro tren, garantizamos que no se aburrirá, aunque se arrepentirá.
Smile (Parker Finn)
Una sala convenientemente iluminada, dos personas sentadas una frente a la otra, una aparente charla intrascendente, un intento de acercarse a la realidad de una persona que narra con terror en sus ojos y temblor en su voz la realidad que le rodea. Todo transcurre con la profesionalidad esperada y ese intento de acercamiento de la profesional sanitaria por entender el mundo de una persona claramente enferma. De pronto, la mirada de la paciente clavada en el vacío, retrocediendo lentamente hasta que, finalmente, un grito desgarrador sale de su garganta. Se hace el silencio y, ante la mirada incrédula de la doctora, la paciente muestra una sonrisa de oreja a oreja acompañada de un cruento y terrible suicidio. A partir de este momento, la vida de la única persona que ha intentado ayudarla y ha sido testigo del hecho cambiará radicalmente.
Una frase: Una sonrisa puede ser tan aterradora como un psicokiller.
Salimos ya de esta improvisada pinacoteca. Sé que no todo el mundo estará de acuerdo con esta selección. Habrá quienes no entiendan dejar fuera la nueva Top Gun, con impresionantes secuencias aéreas, otros a los que les parecerá poco serio no incluir Nop, esa mezcla entre tiburón y encuentros en la tercera fase; Muerte en el Nilo, ese remake de las andanzas de Poirot, y ¿cómo entender que un amante del cine japonés más desconocido se olvide de Drive my car, la ganadora del Oscar a la mejor película extranjera? Los renglones torcidos de Dios, una historia que retuerce la trama sin dejar un momento de respiro y el terror hispano de Venus o la resurrección de la franquicia de Hellraiser parecen obra del maligno.
Al final, nunca llueve a gusto de todos y siempre se pueden hacer variaciones sobre el mismo tema.