La broma de Lalachus con la vaquilla del Grand Prix y el Sagrado Corazón dispara las ventas de la figura de la mascota

vaquilla Grand Prix Lalachus

La aparición en televisión de la estampita de la vaquilla del Grand Prix como si fura el Sagrado Corazón de Jesús que enseñó la humorista Lalachus durante el programa de las campanadas de Nochevieja de TVE ha tenido un efecto colateral, más allá del de la indignación de los católicos que se sintieron ofendidos, y es que la figura de la simpática mascota se ha convertido en uno de los regalos estrella para la festividad de los Reyes Magos.

Disponible en establecimientos tan importantes como El Corte Inglés y en internet en plataformas como Amazon, la vaquilla es una fiel reproducción de la mascota del programa con un tamaño poco mayor que el de las populares figuras Funko Pop. La figura es un producto oficial del Grand Prix, lo que aumenta su calidad y autenticidad y hace que, como parte del merchandising oficial del programa, se trate de un artículo coleccionable y valioso para sus seguidores.

Aunque ya había muchos fans del Grand Prix que habían adquirido a la vaquilla María Fernanda, ya fuera para ellos mismos o para regalársela a algún amigo o familiar, antes de las polémicas campanadas presentadas por Lalachus y Broncano, la estampita que enseñó la humorista elevó la fama de la mascota hasta límites insospechados. Tanto es así que la cuestión de si esa controvertida imagen suponía o no una ofensa a los sentimientos religiosos de los cristianos se convirtió en debate nacional en las redes sociales e incluso en programas de radio y televisión.

Con la broma de Lalachus y toda la polémica que levantó, la vaquilla del Grand Prix entra de pleno derecho en el ranking de las mascotas más famosas de España, donde figuran nombres tan conocidos como los de Naranjito, del Mundial 82; Cobi, de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92; y Curro, de la Expo 92 de Sevilla.

En la primera etapa del Grand Prix, la de los años 90 del siglo pasado, los concursantes debían enfrentarse a vaquillas de verdad, que los embestían y les provocaban más de un revolcón cuando intentaban superar algunas pruebas. Ahora, quizás por la presión que ejercen todos los grupos animalistas, la vaquilla es una persona con un disfraz. Ese detalle hizo que, para muchos seguidores, el programa perdiera parte de su esencia.

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