Con un equipo integrado por jugadores de la talla de Luis Figo, Paolo Maldini, Ronaldo Nazario y Patrick Kluivert, con el icónico Jorge Campos en la portería y liderado por Eric Cantona, el éxito de un spot televisivo para la firma deportiva Nike está ya casi asegurado. Si a ello le añadimos que el conjunto al que se enfrentan está formado por demonios y capitaneado por el mismísimo Satanás y que el partido se disputa sobre la arena del Coliseo de Roma, tenemos un anuncio para la historia, cuya épica aún emociona a quienes lo visionan hoy en día por primera vez.
A la cautivadora estética de este spot de Nike titulado Good vs Evil, dominada por la oscuridad de la noche y la belleza amenazante del fuego, hay que sumar multitud de curiosidades que, vistas hoy en día, resultan más llamativas que en las fechas en las que se emitió. El portugués Luis Figo, por ejemplo, aparece ataviado con la camiseta del Barça y ello es porque, en el año 1996 en el que se estrenó el anuncio, ni los más pesimistas seguidores del conjunto blaugrana sospechaban que su estrella acabaría fichando por el Real Madrid en uno de los movimientos más comentados y polémicos de la historia del fútbol.
Otra de las curiosidades del spot es que, siendo Nike la marca que se anuncia, hay otras firmas que, de forma indirecta, se ven beneficiadas y es que cada uno de los jugadores lleva puesta la camiseta de su club o de su selección, unas elásticas que en muchos casos no son de Nike y que llevan impreso otro logo. Cantona, por ejemplo, luce una camiseta del Manchester United de la marca Umbro y la elástica del Barça de Luis Figo es de Kappa. Todos los cracks, eso sí, llevan unas botas de Nike en impecable estado de revista.
El “au revoir” de Cantona
La salida a la desesperada del portero Jorge Campos, las brutales agresiones que sufren Luis Figo y Patrick Kluivert, la recuperación de Paolo Maldini y el genial pase en largo posterior, los regates de Ronaldo… Son muchos los momentos emocionantes de este spot pero, por encima de todos ellos, destaca el gol final que anota Cantona. El delantero francés, tras subirse el cuello de su camiseta como solía hacer en la vida real y pronunciar un amenazante “au revoir”, golpea con potencia el balón, que atraviesa al demonio alado que custodia la portería. Fueron muchos los niños de la época que imitaron aquel lance una y otra vez en el patio del colegio.
El carisma de Cantona y la popularidad de todos los jugadores que lo acompañan, unido a la espectacularidad y a la combinación de deporte y fantasía, fue el modo con el que Nike asaltó el mercado del fútbol, en el que no tenía tanta experiencia como en el baloncesto o el atletismo. El anuncio marcó un antes y un después en la historia de la publicidad de firmas deportivas pues, después de él, marcas competidoras como Adidas o Puma se vieron obligadas a recurrir a la épica y a jugadores famosos para su publicidad.