A la humorista Lalachus le ha salido muy cara la broma de mostrar una imagen de la vaquilla del Grand Prix con el Sagrado Corazón de Jesús durante el programa de las Campanadas de Fin de Año de TVE que presentó junto a David Broncano. La cómica, que ya había recibido una oleada de mensajes de odio teñidos de gordofobia desde el mismo día en que se anunció que sería presentadora de las Campanadas, cosecha ahora amenazas y desprecios de católicos que se han sentido ofendidos y de otras muchas personas que, más allá de motivos religiosos, consideran que la broma fue de mal gusto e impropia de un espacio emitido en la televisión pública.
En las redes sociales, son incontables los mensajes de quienes se preguntan por qué quienes critican a los que atacan a Lalachus por su cuerpo y hablan de gordofobia a ese respecto toleran que una cómica haga burla de la fe que profesan la mayoría de los españoles. En ese sentido, muchos dejaron claro que ahora, tras lo ocurrido con la estampita en la que se unen la vaquilla del Grand Prix y el Sagrado Corazón de Jesús, se sienten libres para insultar a Lalachus cuanto deseen, pues eso mismo es, según recalcan, lo que ella ha hecho con ellos y con tantos otros con semejante broma.
«Si ridiculizas su aspecto eres un machista, intolerante, insensible y delincuente de odio. Pero si ella ridiculiza a Cristo es progreso. ¿Por qué sólo les molesta el cristianismo?», escribió en la red social X Capitán Bitcoin (@CapitanBitcoin).
Cerda, vaca, foca, morsa, engendro, bicho y otras muchas palabras por el estilo aparecieron repetidas hasta la saciedad en las redes sociales para referirse a una Lalachus que parece haberse convertido, por sus propios actos, en enemiga de media España. La cara de la cómica apareció en multitud de memes, entre ellos el que representa el logotipo de La vaca que ríe con su rostro y los que la comparan con el personaje de Star Wars Jabba el Hutt.
«Si ella puede hacerlo, el resto también, ¿no? Cada uno recoge lo que siembra. Pues a reír, vaquita…», comentó el tuitero @ferpamanz en referencia al doble rasero que existe a la hora de juzgar unas u otras ofensas.
Tampoco faltaron los comentarios de quienes aluden al hecho de que las bromas hacia la fe y la religión casi siempre se dirigen hacia los cristianos y jamás hacia los musulmanes para quienes, por el contrario, los que se mofan del catolicismo suelen pedir el máximo respeto, llegando al punto de proponer que se diga felices fiestas en lugar de feliz Navidad para no incomodarlos.
«No falla. RTVE blasfemando y burlándose del Sagrado Corazón de Jesús. Esta sinvergüenza no tiene el toto suficiente para hacer lo mismo con Mahoma», manifestó indignado un usuario de la red social X que responde al nombre de Hispania (@Hispaniaa_).
Denuncia en los juzgados
Es más que probable que la broma de Lalachus con la estampita de la vaquilla del Grand Prix con el Sagrado Corazón de Jesús acabe en los juzgados y es que la asociación Hazte Oír anunció que denunciará a Lalachus, a Broncano y al presidente de Radio Televisión Española, José Pablo López. Este último, tras el programa de las Campanadas, dijo estar «feliz de trabajar con gente que arriesga» y lo hizo con una publicación compartida en redes sociales en la que, entre otras fotografías, aparece la de Lalachus con la polémica estampita.
Por supuesto, el Gobierno, satisfecho con que Broncano y Lalachus colaran durante el programa temas como el de la vivienda y contentaran a los independentistas de los que tanto depende Pedro Sánchez diciendo algunas frases en euskera o en catalán, salió al paso para defender a los presentadores y al ente público de televisión.
Fue el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, el que primero ensalzó el trabajo realizado por Lalachus y Broncano. Para Bolaños, los insultos y burlas hacia Lalachus no son más que «intentos de los ultras para amedrentarla» a los que no hay que hacer ningún caso.
Viva Lala Chus y las rellenitas.España PROGRESISTA!!
Menuda hija de la gra puta, sociata de mierda, gorda de mierda, fea y asquerosa, no se la comen ni los lobos