Feministas desatan la polémica al pasear en Gijón una imagen de la Virgen de Covadonga llena de simbología LGTBI

feministas virgen

Las manifestaciones feministas del Día Internacional de la Mujer que se celebra el 8 de marzo, como todas las marchas reivindicativas, suelen incluir ciertos elementos que generan controversia, pero lo de pasear en Gijón una imagen de la Virgen de Covadonga llena de simbología LGTBI y portada por personas enmascaradas flanqueadas por las banderas del movimiento ha supuesto, para muchos, traspasar la línea de lo tolerable.

La Santina de Queervadonga, que así se llamaba la muñeca vestida de virgen defensora del colectivo LGTBI, recorrió impunemente las calles de Gijón, generando desconcierto, cuando no indignación, entre quienes profesan la religión católica y entre quienes, simplemente, tienen sentido del buen gusto.

El partido VOX fue uno de los primeros en levantar la voz ante lo que consideran una afrenta muy grave y una ofensa en toda regla a los sentimientos religiosos. La portavoz de esta formación política en Gijón, Sara Álvarez Rouco, llegó a calificar esa procesión de la Virgen LGTBI como «un acto de terrorismo feminazi».

Las imágenes de la polémica virgen paseada por feministas en Gijón se hicieron virales en las redes sociales y generaron un reguero de comentarios de repulsa. Muchos de los que criticaron esta nueva utilización de la religión para hacer una parodia con fines reivindicativos se preguntaron por qué los mismos que ridiculizan la fe católica y el cristianismo son siempre los primeros en alzar la voz para que se respete a quienes profesan el credo islámico.

«No pierden ocasión para odiar el cristianismo, lo ridiculizan, lo insultan… pero luego sacan altavoces para defender el islam y los hiyab en los colegios públicos. ¿Por qué lo hacen?», escribió en la red social X Capitán Bitcoin (@CapitanBitcoin).

La asociación responsable de la manifestación con la polémica virgen repartió durante la marcha un folleto en el que explicaba los motivos de la misma: «Mientras la extrema derecha extiende su odio, nosotras tejeremos red. Nos odian por ser mujeres, por ser libres, por ser migrantes, por ser putas. Nos odian por ser diferentes», recogía el panfleto.

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