Los Reyes Magos recorrieron, un año más y como cada 5 de enero, las calles de las ciudades y pueblos de España y lo hicieron en unas cabalgatas cargadas de magia en las que estuvieron acompañados por todo tipo de personajes, demasiados quizás para los nostálgicos que recuerdan los tiempos en los que este evento aún no se había convertido en el carnaval que es hoy en día.
Aunque la cantidad de grupos, carrozas y criaturas que desfilan con los Reyes sea cada vez mayor y los Magos de Oriente, los verdaderos protagonistas del sarao, tardan por ello cada vez más en aparecer, las caras de los niños (también las de los mayores) demuestran que la esencia de la noche más mágica del año está más viva que nunca. Y eso que la competencia de Papá Noel es cada vez más fuerte.
La cabalgata de A Coruña es un ejemplo de esa evolución. Desfilaron los Reyes Magos, sí, pero también lo hicieron zancudos vestidos como los soldaditos de juguete del Cascanueces, ninfas del bosque, simpáticos duendecillos e incluso un dragón de tres cabezas. También estuvieron las carrozas con publicidad, incluida la de una entidad bancaria, y es que Sus Majestades de Oriente, aunque con poderes mágicos, también necesitan algo de apoyo económico y logístico para cumplir con su misión.
Para alegría de los más golosos, sí se mantiene inmutable el tradicional lanzamiento de caramelos, muchos de los cuales acaban estrellados contra el suelo o, lo que es peor, hacen blanco en alguno de los asistentes a la cabalgata. La lucha de los padres por recopilar el mayor número de dulces proyectiles posible es y será siempre una de las imágenes de las cabalgatas de Reyes.
La combinación de los Reyes Magos con una comitiva variopinta y diversa fue una constante en todas las cabalgatas de España, si bien cada una de ellas tuvo sus peculiaridades y, en algunos casos, su propio mensaje social. La cabalgata principal de Madrid, por ejemplo, fue un homenaje a las personas mayores, tan importantes para la sociedad y a veces tan minusvaloradas, y en la de Badajoz desfiló una carroza dedicada a la caza para reivindicar los beneficios que aporta la actividad cinegética frente a las críticas animalistas.