El futbolista Óscar Pinchi, fichaje del Racing de Ferrol, no ha estado muy afortunado en su presentación y es que durante su comparecencia reconoció ser aficionado del Deportivo, gran rival provincial de los ferrolanos, «de toda la vida» y se refirió a su nuevo club como «el Ferrol», algo que a los aficionados verdes les sienta igual de mal que a los del Athletic Club cuando a su equipo se le llama el Bilbao.
«El Ferrol llamó. Ellos hicieron un gran esfuerzo y yo también lo hice porque quería estar aquí. Quería jugar minutos y allí (en el el club de Turquía donde militaba) no los tenía», declaró Pinchi en rueda de prensa acerca de su fichaje por el Racing o, como él dice, «el Ferrol».
Quizás gustó aún menos a los aficionados racinguistas que Pinchi declarara abiertamente su amor por el Deportivo, club del que fue canterano y en el que jugó que, además, parece seguir siendo el equipo de sus amores aún después de haber fichado por uno de sus grandes rivales. Que Pinchi es del Deportivo no es algo extraño, pero son muchos los hinchas del Racing que consideran que fue algo desafortunado expresarlo con tanta contundencia.
«Yo nací en A Coruña y de toda la vida soy del Deportivo, pero vengo a ayudar aquí, a aportar todo lo que pueda y a dar las máximas alegrías a la afición», expuso Pinchi en lo que unos ven como un exceso de sinceridad y otros como una falta de tacto.
Jugador de infausto recuerdo para el deportivismo
Óscar García, más conocido como Pinchi, es un jugador de infausto recuerdo para los hinchas blanquiazules por haberle marcado dos goles al Dépor en Riazor cuando militaba en el Extremadura y causar así una derrota que resultó clave para el descenso a la entonces llamada Segunda B.
Antes de fichar por el equipo turco desde el que ahora llega al Racing de Ferrol, Pinchi recibió la llamada del Deportivo, que estaba entonces interesado en contemplar la opción de incorporarlo a sus filas. En aquel momento, el futbolista sintió el deseo de vivir una experiencia en el extranjero y optó por fichar por el Rizespor, un equipo en el que nunca llegó a cuajar.