El momento que muchos aficionados del Deportivo de La Coruña llevaban esperando desde el fatídico partido ante el Castellón que frustró el ascenso a Segunda División la pasada temporada llegó hoy al fin, pues el portero Ian Mackay, principal culpable de aquel fracaso tras protagonizar dos graves errores que propiciaron dos goles del rival y recibir una tarjeta roja por una inexplicable agresión a un jugador contrario, compareció en rueda de prensa para dar explicaciones de lo sucedido y de cómo le ha afectado en lo personal y en lo profesional.
«La adrenalina me jugó una mala pasada», comentó Mackay acerca de la agresión que motivó que el Deportivo quedara con un jugador menos y un penalti que el Castellón erró y llevó el partido a una prórroga que los blanquiazules jugaron en desventaja numérica.
En cuanto a los dos errores que motivaron sendos goles del Castellón en la primera mitad del encuentro, el portero únicamente hizo referencia al primero de esos lances, que calificó como algo propio de los «términos del juego».
«Fue, sin ninguna duda, el momento más complicado de mi carrera. Fueron momentos muy difíciles. Necesitaba un tiempo para poder recuperarme», declaró Mackay
Muchos deportivistas habían criticado que Mackay no saliera a pedir disculpas tras el partido, algo que el portero, según él mismo afirmó en la rueda de prensa, evitó hacer por tener la mente llena de dudas y de pensamientos tóxicos. «Fue, sin ninguna duda, el momento más complicado de mi carrera. Fueron momentos muy difíciles. Necesitaba un tiempo para poder recuperarme y volver con todas las ganas posibles este año. Tenía muchas ganas de volver a Abegondo, empezar a entrenar, el día a día, estar aquí otra vez y recargar pilas para todo lo que viene», manifestó el guardameta del Deportivo, que reconoció que, en los días siguientes a su desastrosa actuación en Castellón, llegó a pensar en «colgar los guantes».
El portero, que en principio mantendrá la titularidad pese a todo lo ocurrido, destacó el apoyo que recibió de su familia y amigos más cercanos en unos momentos tan difíciles y reconoció haber sentido una gran tranquilidad cuando, en el primer partido de pretemporada disputado en el estadio de Abanca-Riazor, lo recibieron con más aplausos que silbidos.
«En el primer partido que jugamos en Abanca-Riazor iba con dudas por cómo me iba a recibir la afición. Al final fue un alivio. Estoy muy agradecido por cómo me recibió y por sus aplausos. Para mí eran muy importantes», declaró.
Optimista para esta temporada
Más allá de las explicaciones ofrecidas por lo ocurrido en Castellón, el portero del Deportivo expuso sus sensaciones de cara a la temporada que está a punto de comenzar. Mackay destacó el trabajo que están realizando los responsables del club y los fichajes que han llegado. «Se están haciendo buenos fichajes. Veo a la gente muy ilusionada. Ojalá que este año se dé lo que todos queremos», comentó.
También habló Mackay sobre la responsabilidad que supone llevar el brazalete de capitán del Deportivo, más si cabe cuando se hace para relevar a un futbolista como Álex Bergantiños. «Es irremplazable. Será una imagen de club. Tuve la suerte de jugar con él desde juveniles, iba con él a entrenar, me empapé mucho de su forma de llevar las cosas como capitán y ojalá pueda llevarlo como lo hace él. Llevar el brazalete del Dépor es un peso, una cosa importante y para mí es todo un orgullo», apuntó.