Los camareros que trabajen en el área de ocio habilitada para los seguidores del Athletic Club de Bilbao que se desplazarán a Sevilla para apoyar a su equipo en la final de la Copa del Rey deberán contar «experiencia previa», tener «habilidad para trabajar en un ambiente dinámico» y «saber hablar euskera». Estos tres requisitos son los que figuran en el anuncio que el Grupo Nortempo ha publicado en sus redes sociales para captar el personal que atenderá a los hinchas del conjunto bilbaíno, que se desplazarán en masa a la capital andaluza.
La exigencia idiomática ha levantado un aluvión de críticas y es que son muchos quienes se preguntan si para servirle una caña o una copa a un aficionado del Athletic en Sevilla es necesario hacerlo en una lengua como el euskera que ni siquiera todos los vascos dominan. Muchos de los que pusieron el grito en el cielo sospechan que la presencia de ese requisito en la oferta de trabajo obedece a la carga ideológica nacionalista que impregna toda la idiosincrasia del club vasco, lo que los seguidores del mismo califican como su «filosofía».
No sería para nada extraño que un club que presume de contar en sus filas sólo con jugadores de su cantera, nacidos en el País Vasco o Navarra o formados futbolísticamente dentro del territorio que el independentismo vasco denomina Euskal Herria exija que los camareros que trabajen en las barras de la zona de ocio de los hinchas rojiblancos, denominada Athletic Hiria, dominen el euskera. Se trata, en definitiva, de forzar a que quienes sirvan a los seguidores del Athletic sean vascos.
En total, son 300 camareros los solicitados para cubrir las vacantes para el evento. A cambio de su trabajo durante dos días, los de hoy y mañana (5 y 6 de abril), los trabajadores recibirán «un salario competitivo, la oportunidad de formar parte de un evento especial y emocionante que dejará huella en la memoria, un ambiente de trabajo dinámico y estimulante y la posibilidad de formar parte de futuros eventos».
Un impacto económico de 50 millones de euros
Es indudable que una final de la Copa del Rey, máxime si uno de los clubes que la disputan tiene tantos y tan fieles seguidores como el Athletic, provoca un gran impacto económico en la ciudad que la acoge. El presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla, Alfonso Maceda, se atreve a poner cifras a ese impacto y calcula que el evento dejará en la capital andaluza 50 millones de euros.
Maceda, en declaraciones al periódico vasco Deia, asegura que «la gente va a alucinar», unas palabras que no resultarán para nada exageradas si se conoce lo mucho que les gusta a los aficionados del Athletic consumir en bares y restaurantes y, en general, divertirse con el fútbol como pretexto.