Independentistas del País Vasco amenazan con pancartas y pintadas a los futbolistas de la selección Oyarzabal y Merino

pintadas Oyarzabal

Ciudadanos de toda España, incluso del País Vasco, vibraron con el triunfo de la Selección Española en la Eurocopa, pero a unos pocos radicales independentistas parece no haberles gustado nada la victoria del combinado nacional y, aun menos, que esta llegara con una importante aportación de jugadores nacidos en lo que ellos llaman Euskal Herria como son Merino, autor del tanto definitivo contra Alemania, y Oyarzabal, que anotó el gol que sirvió para derrotar a Inglaterra en la final.

Fruto del rechazo que la Selección Española genera en el independentismo vasco, han aparecido en el municipio vizcaíno de Elorrio unas pintadas y una pancarta en euskera que tachan a los futbolistas de «traidores» por vestir la camiseta del combinado de un estado al que los abertzales ven como el gran enemigo.

«No a la asimilación de la selección española», reza la pancarta que apareció en la plaza del pueblo de la localidad vizcaína, de la que es natural la madre de Oyarzabal. En esa pancarta, además del mensaje, aparecen una ikurriña (la bandera del País Vasco) y una bandera española tachada.

Más desagradable incluso es lo que los radicales manifiestan con las pintadas y es que ésta sí supone un ataque directo a los jugadores Oyarzabal y Merino, ambos pertenecientes a la Real Sociedad y cuyos nombres aparecen sobre la palabra «traidores» y con una esvástica nazi tachada.

Lo ocurrido, aunque intolerable desde el punto de vista de cualquier demócrata, no resulta sorprendente y es que líderes políticos como Arnaldo Otegi, gurú de muchos de los que tienen ensoñaciones con un País Vasco Independiente, expresó públicamente su rechazo a la Selección Española y a todo lo que ésta representa. «No es mi selección, no es mi rey y no es mi himno”, declaró el que es uno de los personajes más odiados de España y con el que, sin embargo, no tuvo inconveniente en negociar el presidente del Gobierno Pedro Sánchez.

La capacidad del fútbol para unir a monárquicos y republicanos, a madridistas y barcelonistas, a mayores y pequeños, a ricos y pobres y, en definitiva, a todos aquellos que se sienten españoles nunca ha gustado a los independentistas, que observan cómo un partido de la selección es capaz de tirar por tierra todo su trabajo para generar confrontación y enemistad entre compatriotas.

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