«Sus manos fueron a mis pechos», declaró la mujer que supuestamente sufrió una agresión por parte del exfutbolista del Celta de Vigo Hugo Mallo cuando ejercía como mascota del Espanyol y en los prolegómenos de un partido que el conjunto del supuesto agresor iba a disputar frente al equipo barcelonés el 24 de abril de 2019.
Hugo Mallo compareció hoy en la vista oral de este proceso, que ha tenido lugar en el Juzgado de lo Penal nº19 de Barcelona, y aseguró que en ningún momento había abusado de la mascota, una declaración que sustentó entre otras cuestiones en que su equipo se jugaba mucho ese día y él «no estaba para esas cosas» y en que ni siquiera sabía que la persona bajo el disfraz de periquito era una mujer.
“Yo antes del partido no planeo tocarle los pechos. Además, era un partido importante, porque estábamos en descenso y eso supone una rebaja salarial importante. El momento era delicado para el Celta. No estábamos para estas cosas y menos en un campo de fútbol con las cámaras y la gente que hay. No sabía si las mascotas eran un hombre o una mujer. No sé qué era cada uno. No estaba pendiente. No estábamos para bromas. Yo saludo a mis compañeros, a los dos periquitos y hago mi rutina previa para ponernos para la foto de grupo. Luego tengo que elegir campo y saque con los árbitros”, expuso el futbolista, que dijo estar desconcertado ante la situación que está viviendo.
Muy diferente fue el testimonio de la supuesta víctima de la agresión sexual perpetrada por Hugo Mallo, que narró con todo lujo de detalles los hechos que, siempre según su versión, sufrió aquel día enfundada en el traje de la mascota del Espanyol.
“Llevaba como mascota del Espanyol desde 2016. Normalmente, yo me ponía la última de la fila. Recibimos toda la fila de jugadores y normalmente me dan un choque de manos. Las manos de Hugo Mallo fueron a mis pechos y realizó unos tocamientos. Me quedé aturdida y sorprendida. Mi campo de visión con el traje es muy reducido. Sus manos entran para tocarme los pechos por debajo de la cabeza del disfraz. Inicialmente, no conocía al jugador y no supe quién era hasta que vi los vídeos, porque el disfraz me impidió verlo. La primera persona que pasó fue él, que fue el que me hizo ese tocamiento. Justo en el momento en el que lo note me quedé aturdida. Nos metimos en el túnel de vestuarios y me abracé a mi compañero y se lo conté. Seguí trabajando por profesionalismo, pero con mucho estupor. Soy una persona tranquila y ese día tenía mucha ira. Cuando miré al segundo jugador noté su mirada y tenía la intención de hacer lo mismo. Yo no escuché nada, con el disfraz estamos limitados”, aseguró la mujer.
Durante la vista y tras escuchar las declaraciones, se reprodujo el vídeo que la acusación aportó como prueba, cuyas imágenes, según recalcó Hugo Mallo, no muestran para nada que los hechos denunciados por la supuesta víctima sean reales. “Esa mano es la cintura (mientras visualiza el vídeo), no los pechos. Yo soy la primera persona. Yo no le toco los pechos. Ni tengo tiempo ni tengo en la cabeza hacer eso”, manifestó el exfutbolista del Celta.