Muchos aficionados del Deportivo, cansados del baile de nombres que suenan o sonaron como posibles sustitutos del despedido Imanol Idiakez, ya habían propuesto que Óscar Gilsanz, técnico del filial, sea el elegido para ocupar el banquillo blanquiazul y la goleada cosechada por el equipo coruñés en el feudo del Cartagena (1-5) los ha reafirmado en su opinión y ha hecho que otros muchos se adhieran a ella.
Más allá del buen resultado obtenido en su primera aparición como entrenador interino del Deportivo, Gilsanz gusta mucho por ser un hombre de la casa y por conocer bien la cantera. Los deportivistas consideran que en el encuentro ante el Cartagena, con los mismos jugadores de los que disponía Idiakez y con un once prácticamente idéntico a los de anteriores jornadas, el entrenador nacido en la localidad coruñesa de Betanzos logró que el equipo jugara mejor.
Parece que la mayoría de los hinchas del Deportivo, llegados a este punto, no quieren mediáticos experimentos tipo Fabio Cannavaro, famoso como futbolista pero con muy escaso recorrido como entrenador, ni técnicos reconocidos como Paco Jémez que quizás no son los más adecuados para prosperar en la Segunda División por su ego y por su elevado caché. Frente a esos perfiles, emerge la figura de Gilsanz, un hombre modesto y trabajador que siente los colores y que llevaría con mesura el timón de la nave deportivista.
«Óscar Gilsanz tiene que ser el entrenador. Que se quede. Dejad de buscar tanto cuando está en casa», escribió en la red social X la aficionada deportivista Alba (@aalbagmz), que apuesta por el entrenador betanceiro como el mejor candidato para ocupar el banquillo del Deportivo.
Entre los aficionados del Deportivo los hay que incluso bromean con la posibilidad de emprender movilizaciones y protestas si la directiva del club elige cualquier nombre que no sea el de Óscar Gilsanz. «Si no se queda Gilsanz después de esto es para cometer actos vandálicos en la plaza de Pontevedra», advierte el conocido tuitero deportivista Varepe (@varepe_).