El hostelero David Barro celebra su primer aniversario como propietario del restaurante Puerto Carmela de A Coruña y, pese a las dificultades que conlleva hoy en día poner en marcha un negocio de hostelería, destaca su satisfacción ante el triunfo de un modelo de negocio basado en la cocina casera con productos de calidad. «Un producto de calidad, fresco y que el cliente pide no lo supera nada», explica tras recalcar lo mucho que le motiva que sus clientes le expresen lo bien que han comido cuando salen del local.
-¿Cómo te sientes en tu primer aniversario al frente de Puerto Carmela?
-En este primer año he aprendido muchas cosas, sobre todo, de cómo gestionar un local, que es algo que se me da bastante bien. Lo que no llevo tan bien son cuestiones como el IVA, las retenciones… La verdad es que llevar un negocio es complicado y más cuando llegan los meses de pagar por esos temas. Uno llega a un punto en el que ha cumplido los objetivos y, de repente, llegan y parece que te lo llevan todo.
-Parece que hay que ser muy valiente para montar un negocio de hostelería en España hoy en día.
-Valiente es poco. Yo creo que si las personas, antes de coger un negocio de hostelería, supieran todo lo que conlleva y todo lo que hay que pagar, ni un 10% se arriesgarían. Todos los negocios tienen sus dificultades, pero creo que el de la hostelería es uno de los más sacrificados por los horarios, porque hay que estar atendiendo a la clientela de forma continuada y uno se encuentra con personas de todo tipo…
-Tú mismo no has tenido vacaciones en este primer año como dueño del local.
-Cuando se monta un negocio, los primeros años son siempre muy sacrificados y mucho más en hostelería. Yo, por ejemplo, no pude permitirme el lujo de cerrar.
-¿Es cierto que cada vez es más complicado encontrar trabajadores profesionales y comprometidos para la hostelería?
-Es muy complicado. Después de la pandemia, hubo mucha gente que cambió de profesión. Es cierto que la hostelería tiene una serie de particularidades, como el hecho de que los horarios no se pueden cumplir tan a rajatabla como en un banco o en un bufete de abogados.
«Cuando se monta un negocio, los primeros años son siempre muy sacrificados y mucho más en hostelería. Yo, por ejemplo, no pude permitirme el lujo de cerrar»
-También hay muchos camareros que entienden esa profesión como algo temporal o como una opción cuando otras fallan.
-Es cierto, porque es un trabajo para el que no se necesitan unos estudios universitarios. Se necesita algo de formación y es bueno tener experiencia, pero no se necesitan unos estudios como los que sí se necesitan para otros trabajos.
-¿Miente mucha gente al hablar sobre su formación y experiencia cuando busca conseguir un empleo en hostelería?
-Sí, pero en seguida se nota. Si veo a un camarero coger una bandeja con tres botellas vacías, ya me lo ha dicho todo.
-Hemos hablado de las dificultades que implica poner en marcha un negocio de hostelería, pero pasemos a la parte positiva. ¿Con qué te quedarías de este primer año en Puerto Carmela?
-Lo que más me gusta es el agradecimiento de los clientes. Me encanta que salgan satisfechos y que tengan una buena experiencia. Que salga un cliente por la puerta diciendo que ha comido muy bien y que el producto y la atención son muy buenos es algo que motiva.
«Si veo a un camarero coger una bandeja con tres botellas vacías, ya me lo ha dicho todo»
-Las dos señas de identidad de Puerto Carmela son la cocina casera y los productos de calidad. ¿Por qué decidió seguir ese camino y optar por ese tipo de restaurante?
-Todo va en función de la demanda que uno tenga. Si hay unos productos que tienen buena salida, como los pescados y mariscos que compro en la lonja de A Coruña, hay que apostar por ellos. Un producto de calidad, fresco y que el cliente pide no lo supera nada.
-Y por el momento, en Puerto Carmela, siempre se ve gente.
-Bueno, un local de hostelería es como una montaña rusa. Un día puedes tener el local vacío y, al siguiente, estar lleno.
-Eres de A Coruña, pero estuviste viviendo y trabajando en lugares tan distintos como Inglaterra y Mallorca. ¿Qué crees que tiene A Coruña que no tienen esos otros lugares en los que has estado?
-A Coruña, que como dices es mi ciudad de nacimiento, tiene el mar muy presente y un producto gastronómico con el que cuentan pocos sitios en el mundo. No es por presumir, pero sabemos lo que hay. Tenemos unos pescados y unos mariscos muy buenos, pero también tenemos muy buenas carnes y otros productos de la tierra.
«Un local de hostelería es como una montaña rusa. Un día puedes tener el local vacío y, al siguiente, estar lleno»
-¿Qué es lo más raro que te ha pasado en Puerto Carmela?
-No sé si fue lo más raro, pero lo que más me fastidió fue un corte eléctrico que tuve una noche y que me estropeó parte de la mercancía y me impidió abrir al día siguiente.
-¿Y algo extraño que te haya pedido un cliente?
-Pues un cliente me pidió un caña con un cubito de hielo y eso es algo que nunca me había pasado. Se lo puse y no pregunté nada.
-¿Haréis algo especial en San Juan los hosteleros de la calle Emilia Pardo Bazán?
-Pues sí. Van a venir tres grupos de música que se colocarán al principio de la calle con un camión y algunos locales montarán unas barras en la calle. La verdad es que el año pasado, en el evento de San Juan, yo estuve trabajando sin parar. Este año he pensado organizarlo de otra manera y así tener un poquito más de tiempo para estar con mis clientes, pero no aseguro nada.