Las patatas fritas de Bonilla a la Vista han conquistado países de todo el mundo gracias a su sabor, fruto del buen hacer de una familia que, desde el año 1932, deleita con sus productos a los amantes, no sólo del mencionado aperitivo, sino también de los churros. Tras incrementar su fama mundial con la aparición de una de sus inconfundibles latas de patatas en la oscarizada película coreana Parásitos, Bonilla a la Vista demostró una vez más, en la última edición de Galicia Fórum Gastronómico celebrada en A Coruña, que, cuando juega en casa, el triunfo está también asegurado.
En el stand de la empresa en el mencionado evento gastronómico, César Bonilla, nieto del fundador, explica cuáles son las claves de este éxito universal alcanzado por un producto tan simple como unas patatas fritas. «El secreto, que no es un secreto, es comprar buenas patatas, porque no se puede hacer algo bueno si la mercancía es mala», apunta.
La calidad siempre es importante, pero lo es aún más, según añade César Bonilla, en tiempos de carestía y dificultades económicas, como lo eran los que vieron nacer esta empresa familiar. «Eran tiempos muy duros y, si hacías las cosas mal, te lo tiraban todo a la cara», señala.
Aunque el sabor es el factor determinante, Bonilla a la Vista ha alcanzado también gran popularidad gracias al packaging y, concretamente, a la icónica lata en la que las patatas ni se rompen ni se estropean con el paso del tiempo. «La lata no sólo es un medio para vender al público como parte de una estrategia de marketing. Consigue conservar mucho más las patatas sin que pierdan calidad. Pasan las semanas y, con la bolsa, una vez está abierta, es posible que se pierda un poco de calidad, pero con la lata no. La lata refuerza esa condición de producto gourmet que le queremos dar a nuestras patatas», explica el comercial de Bonilla a la Vista, Yago Fontenla.
Expansión mundial
El crecimiento que Bonilla la Vista ha experimentado como marca a nivel nacional e internacional es incuestionable, un crecimiento que, sin embargo, no ha acabado con la tradición coruñesa de consumir el chocolate con churros en los muchos establecimientos que la empresa tiene en la ciudad gallega. En determinados días, como el de la Noche de Reyes, es un milagro conseguir mesa en alguno de los locales sin esperar al menos media hora.
Sobre las patatas que conquistan el mundo desde el polígono de Sabón, ubicado en el municipio coruñés de Arteixo, Fontenla recuerda hitos como el de la aparición de una lata de esta marca en la oscarizada película coreana Parásitos. «Lo de la película nos ayudó muchísimo a expandirnos y la realidad es que cada día salen más patatas para allí. Ojalá podamos seguir creciendo y llevando el nombre de Bonilla a la Vista a todos los rincones del mundo», recalca el responsable comercial de la marca.
Las probé y me encantaron ! Exquisitez crujiente y elegante al punto perfecto de sal y completo sabor !
Producto de excelente calidad.
Por el año 58 me comía los ricos churros elaborados en la caseta que estaba en el cantón de Ferrol. Mi hermano Manolo trabajaba en caseta
Producto de excelente calidad.
Por el año 58 me comía los ricos churros elaborados en la caseta que estaba en el cantón de Ferrol. Mi hermano Manolo trabajaba en la caseta
Yo vivo en Navarra y aquí no las encuentro en ningún super ..y cuando a veces .a veces .(muy pocas o casi nunca) están en el corte inglés..están a un precio prohibido.