La huelga de las dependientas de las tiendas de Inditex en A Coruña ha tenido como consecuencia directa un Black Friday más que descafeinado y es que el cierre durante varias horas de los establecimientos ha provocado que fueran menos los compradores que se acercaron en busca de gangas a centros comerciales como Marineda City.
La del viernes 25 de noviembre, día en el que se celebró el Black Friday, fue la segunda jornada de una huelga que las dependientas de tiendas como Zara, Massimo Dutti, Bershka, Oysho y Stradivarius convocaron para reclamar una subida salarial y otras mejoras en sus condiciones laborales. Estas empleadas consideran que existe un agravio comparativo con respecto a los trabajadores de Inditex que desarrollan sus funciones en la sede central del grupo, ubicada en el polígono de Sabón del municipio coruñés de Arteixo.
De la repercusión que el cierre total o parcial de los establecimientos de Inditex tiene sobre los negocios que se sitúan cerca de ellos son muy conscientes en los restaurantes de Marineda City, pues el viernes a la hora de comer sobraban mesas libres, algo que contrasta con las largas colas que se formaban en esta fecha en los años anteriores.
También notaron la huelga en las tiendas de otras firmas del sector textil que, en un contexto general de menor afluencia al centro comercial, sí detectaron la llegada de clientes que buscaban en estos establecimientos lo que no podían comprar en los que estaban cerrados.
«Naomi Campbell, ¿dónde está?»
La CIG y UGT, sindicatos que respaldaron la huelga, destacaron el éxito de la acción de protesta, tanto por el número de dependientas que participaron en las manifestaciones como por el de establecimientos que, ya fuera durante las dos jornadas completas o durante varias horas, permanecieron cerrados.
Durante las protestas, las dependientas de Inditex corearon lemas como Las dependientas de Inditex no llegamos a fin de mes, elegido para los carteles colocados en las tiendas que estaban cerradas, y Naomi Campbell, ¿dónde está?, en referencia a la fiesta por todo lo alto que Marta Ortega, hija de Amancio Ortega, organizó para dar el pistoletazo de salida a la exposición del fotógrafo Steven Meisel y a la que asistieron famosos como la conocida modelo británica.