La batida femenina del municipio lucense de Pol mostrará la creciente presencia de las mujeres en la caza

mujeres caza

Durante mucho tiempo, la caza fue una actividad prácticamente exclusiva para los hombres, pero eso ha cambiado y cada vez son más las mujeres que se echan al monte con su escopeta o con su rifle para tratar de cobrarse las mejores piezas, una tendencia que tiene como consecuencia la organización de eventos como la batida femenina que se celebrará este sábado (11 de enero) en el municipio lucense de Pol.

Esta particular jornada de caza, que puso en marcha una cuadrilla de Pol con la colaboración de la Federación Galega de Caza y que se desarrollará en el Tecor Amigos de la Naturaleza, alcanza este año su tercera edición y tiene como objetivo promover la presencia femenina en el ámbito cinegético y mostrar el buen hacer de las mujeres cazadoras a la hora de rastrear, avistar y abatir animales como el jabalí.

Como apuntan siempre los cazadores, una jornada en el monte va mucho más allá del tiempo dedicado a tratar de cobrarse una buena pieza y es que las batidas son auténticas jornadas de convivencia en las que come y se habla como en cualquier gran celebración. La batida femenina de Pol comenzará por la mañana temprano, a las 8.00 horas, con la recepción oficial a las participantes y con un almuerzo de bienvenida que dará paso, a las 8.45 horas, a la salida al rastro. Ya a las 12.00 horas, las cazadoras disfrutarán de un pincho montero y, a las 13.00, comenzará la batida propiamente dicha. Como colofón, a las 18.00 horas, habrá una comida de confraternización.

Cazadoras sin complejos

La presencia femenina en la caza no para de crecer y, en los últimos años, se ha multiplicado el número de licencias que ostentan mujeres. La labor en redes sociales de mujeres cazadoras como la veterana Eva Rius y las jóvenes Pilar Montero y Beatriz Rosete ha ayudado mucho a que cada vez más féminas se adentren en el mundo cinegético.

Pese a que la presencia de la mujer en la caza se ha normalizado, las cazadoras todavía deben hacer frente a las críticas que les llegan, no sólo de los animalistas que les atacan por su afición, sino también de hombres que todavía no las ven como iguales en lo que al ámbito cinegético se refiere.

Las cazadoras que se atreven a publicar en redes sociales fotografías como las que se toman con los animales abatidos reciben de los animalistas comentarios de repulsa, insultos y amenazas de muerte. Incluso una formación política como Unidas Podemos llegó a calificar a la mujer cazadora como «un elemento folclórico».

También hay hombres que practican la caza a los que parece disgustarles mucho que las mujeres tengan presencia en este ámbito o, al menos, que muestren su afición sin complejos. Uno de los últimos episodios de este tipo fue el sufrido por una joven a la que un hombre llamó «cazadora de El Corte Inglés» por compartir su pasión por la actividad cinegética en las redes sociales.

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