Agentes de la Guardia Civil de Palencia sorprendieron en plena faena a cuatro cazadores furtivos que tenían en un vehículo el cadáver de una cierva con precinto, seis patas y dos cornamentas recién cortadas. Los cazadores se encontraban en un coto privado ubicado entre las localidades de Villanueva de la Peña y Traspeña y los agentes del instituto armado, tras identificarlos, inspeccionaron los dos vehículos en los que se habían desplazado a la zona y en los que, además de tener los trofeos, portaban varias armas de fuego.
Fue al requerir a los cazadores que mostraran la documentación que los facultaba para ejercer la actividad cinegética en aquel lugar cuando descubrieron su condición de furtivos. Todos carecían de autorización por parte de la propiedad del coto y uno de ellos ni siquiera tenía licencia de caza.
Las armas de fuego se llevaron a dependencias de la Guardia Civil de Palencia, mientras que la cierva y las extremidades y las cornamentas cercenadas fueron a parar a manos de agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León.
La Guardia Civil ha abierto una investigación a uno de los cazadores como presunto autor de un delito contra la fauna por cazar sin autorización. También se formularon denuncias administrativas por las armas y las piezas encontradas.
Tanto los animalistas como los cazadores que operan bajo la legalidad han denunciado que la presencia de furtivos en España ha crecido en los últimos años y reclaman mayores medios y efectivos para cuerpos como la Guardia Civil que les plantan cara.
Cazar sin licencia, como en este caso, abatir especies protegidas, utilizar métodos ilegales o practicar la actividad cinegética fuera de temporada son algunos de los actos ilícitos que cometen los furtivos y que generan graves daños a la fauna y a los propietarios de los cotos.