Un artículo de la revista de divulgación científica Muy Interesante desata la polémica en el sector cinegético y es que la publicación concluye que la caza es, en la actualidad y en un país como España, una actividad totalmente innecesaria y que, además, causa graves daños sobre los ecosistemas y es muy perjudicial para la fauna y para los seres humanos.
En primer lugar, el controvertido artículo, que sugiere la limitación e incluso la prohibición de la caza y que firma el biólogo Álvaro Bayón, apunta que la actividad cinegética, en la mayoría de los países del mundo, ha perdido la función de proveedora de alimentos que sí tuvo en tiempos pasados. Quien come carne de caza, recoge la publicación de Muy Interesante, no lo hace por necesidad.
«Aún quedan culturas aborígenes que subsisten de la caza y la recolección, pero actualmente, en España, la caza ha perdido su función proveedora. Aunque hay muchos cazadores que se comen las presas que capturan, no es por necesidad», explica el autor del artículo.
También echa por tierra el artículo otra de las justificaciones que tradicionalmente esgrimen los cazadores para defender su actividad: su componente tradicional. El autor del texto sentencia que la tradición no debe ser la justificación de nada por sí sola y, para ejemplificar su tesis, alude a los sacrificios humanos en el circo romano, algo que era tradición en su época y que ahora absolutamente nadie se plantearía.
Más compleja es la cuestión de la utilidad de la caza para el control de la fauna y el mantenimiento de los ecosistemas, pero también esta tesis queda desacreditada por el artículo de Muy Interesante, que expone que la actividad cinegética no sólo no ayuda controlar la población de depredadores y herbívoros, sino que además es, en muchos casos, la causa de que exista superpoblación de algunas especies.
«Es la caza, junto con otras actividades de impacto ambiental, la que establece la necesidad del control de especies a través de un círculo vicioso», informa el artículo que, para indignación de muchos cazadores, añade que «el cazador humano no se comporta como un lobo u otro depredador animal, pues elige como trofeo la pieza más grande, fuerte o la que tenga la cornamenta en mejor estado» y que «el depredador natural hace justamente lo contrario y selecciona la pieza más débil, anciana o enferma».
Accidentes de caza
El artículo contra la caza de Muy Interesante menciona también los accidentes de caza, que todos los años dejan a cazadores y a otros seres humanos malheridos e incluso muertos. Este tipo de sucesos, se evitarían o minimizarían, según afirma el artículo, si actividades que se desarrollan con armas de fuego, como es el caso de la cazan, estuvieran prohibidas o, al menos, muy restringidas.
Los perros, siempre según las tesis defendidas en la publicación contra la caza de la revista, son otros de los damnificados por la actividad cinegética. El autor de la publicación denuncia que, pese a estar prohibido, hay cazadores que abandonan a su suerte o matan a los perros que no les sirven para sus rehalas.
La lista de acusaciones hacia el sector cinegético por parte del autor de este artículo termina con la de que muchas especies invasoras son un problema en España por haber sido introducidas en el país con el único fin de servir como presas para quienes practican la caza recreativa.
La conclusión del artículo, tras esa lista de argumentos contra la actividad cinegética, es que la caza debe reducirse a la mínima expresión y que sólo debe practicarse en ocasiones contadas y por profesionales debidamente habilitados para ello.