La actual crisis económica, agravada hasta el extremo desde el estallido de la guerra en Ucrania, ha frenado de forma brusca a un sector del caravaning que vivía en España el mejor momento de su historia. La inflación, los problemas de suministro y la escasez de componentes ponen en jaque a una industria que, tanto en la fase de producción como en la de compraventa, fue de las pocas que salieron reforzadas tras la pandemia de la Covid-19.
La Asociación Española de la Industria y el Comercio del Caravaning (Aseicar) lanza un mensaje de alerta que apoya en unas previsiones nada optimistas que, tras seis meses seguidos de descensos en las ventas, avanzan que las matriculaciones caerán hasta la mitad durante este año 2022 y que en 2023 continuarán descendiendo.
Son varias las causas que Aseicar pone sobre la mesa con el informe que ha elaborado para tratar de explicar por qué el sector vive un momento tan complicado, precisamente, en un tiempo en el que la demanda de los vehículos vivienda y el número de quienes practican el turismo itinerante a bordo de ellos están más alto que nunca.
«El caravaning lleva décadas intentando asentarse en nuestro país y acercarse a los principales países europeos, como Alemania, Holanda o Francia. Ahora, en el mejor momento histórico del sector en nuestro país, la crisis industrial mundial ha frenado en seco las matriculaciones de vehículos nuevos mientras crece el interés y la demanda entre los ciudadanos», exponen desde Aseicar.
Problemas de suministro
Una de las principales causas de la crisis del caravaning son los problemas en el suministro, que hacen que las fábricas carezcan de los materiales y de las piezas necesarios para producir vehículos suficientes para satisfacer la creciente demanda. «Al faltar los chasis sobre los que se montan los vehículos, se puede avanzar en muy pocas partes de la construcción. Además, los fabricantes no tienen siquiera fecha aproximada de recepción de chasis debido, en gran parte, a la diversidad de ellos.
Los problemas en el suministro hacen que las fábricas carezcan de los materiales y de las piezas necesarios para producir vehículos suficientes para satisfacer la creciente demanda
La falta de componentes ha llevado a las grandes fábricas a trabajar al 60% o 50% de su capacidad media y a las principales marcas de autocaravanas a buscar nuevas opciones para su lista de proveedores. «Fiat, en Italia; Ford, en Turquía; e incluso Mercedes, en Alemania, se han visto obligadas a parar sus cadenas de montaje durante semanas y continúan sufriendo actualmente desabastecimiento de componentes. Las marcas de caravaning se han abierto a buscar nuevos proveedores como Renault o Volkswagen», añaden desde la patronal del sector en España.
Falta de stock en los concesionarios
Los problemas en la fabricación de vehículos caravaning provocan la falta de stock en los concesionarios, el retraso en la entrega de los vehículos comprados y el encarecimiento de los precios. «Los concesionarios no saben ni cuándo les van a llegar autocaravanas nuevas ni qué modelos les van a mandar. El fabricante le remite lo que tiene y puede y el empresario opta por quedárselo ante la falta de stock», explica Aseicar, que fija entre los 8 y los 18 meses los plazos de entrega para los vehículos nuevos.
El precio a pagar por el comprador ha aumentado, pues la cadena de suministro se encarece continuamente por los elevados precios de la energía y por la escasez de los componentes, lo que deriva en que los precios finales de los vehículos también se encarecen.
Ferias con mucho público y pocos vehículos
Los principales salones y ferias internacionales de caravaning, como el de Barcelona, el año pasado, o los recientemente finalizados en Dusseldorf (Alemania) y Parma (Italia) han sufrido también las consecuencias de la crisis y es que, según Aseicar, se expusieron un 20% menos de vehículos que en certámenes anteriores.
Los principales salones y ferias internacionales de caravaning también han sufrido la crisis y es que, según Aseicar, se expusieron en ellos un 20% menos de vehículos
El público, sin embargo, sí ha respondido, pues los salones alcanzaron muy buenos registros de asistencia y los visitantes de las ferias mostraron un gran interés por conocer a fondo las últimas novedades del sector.
El mercado de segunda mano, disparado
Ante esta situación de crisis del caravaning, el comprador opta por el mercado de segunda mano, cuyos precios se han disparado entre un 20% y un 30%. «Ahora mismo, un comprador que no quiere esperar un año a que le entreguen su autocaravana nueva de 60.000 euros opta por comprarla con dos o tres años de antigüedad por 55.000 euros o con cinco años por 50.000 euros.
Aseicar advierte de los peligros de adquirir vehículos de segunda mano, tanto entre particulares nacionales como importados desde el extranjero y es que, muchas veces, el comprador se encuentra con problemas en la garantía o, en el caso de las autocaravanas foráneas, con la imposibilidad de obtener los certificados medioambientales.
Incertidumbre en España
La fuerte inflación y la incertidumbre económica que vive el país hacen dudar mucho a los posibles compradores, algo que agrava la crisis del caravaning en España. La guerra de Ucrania y, como consecuencia, la subida de los carburantes propicia que el autocaravanista tenga que asumir que llenar el depósito del combustible le puede llegar a costar el doble de lo que costaba hasta hace unos meses.
La situación económica, con malos datos de cara a los próximos meses, también provoca que muchos autocaravanistas retrasen sus compras a la espera ver cómo evoluciona la situación.
Haber si aprenden de una vez algunas casas de fabricación que es llevar un control de calidad cuando sale de la empresa y luego el vendedor pasa por otro control porque yo en mi caso control cero y garantías si no entra agua no hay garantía de verguenza
Qué hora es ?
Manzanas traigo